FANZINES
Como publicar en este país es una cosa muy latosa, y como DIY, y como que a uno le gusta que lo que escribe se vea en el mejor contexto posible, y como uno tmb escribe con imágenes, y como uno tiene cómplices en esto de la escritura, y como a uno se le antoja hacer lo que quiere y como que publicar no es maquila y como los experimentos son divertidos y como que eran los noventa e internet todavía no nos hacía dar el salto a la publicidad personalizada y como las publicaciones no son folders sino objetos y como que de mano en mano se conoce más gente y como que a uno le gusta hacer y como que no hay suficientes espacios y como que fuck everything else, pues fanzines, ¿no?
SUB: Subgéneros de subliteratura subterránea
Era 1994 y Bef y yo estábamos sub-empleados en un país que parecía ir en picada, así q decidimos ocuparnos en escribir géneros especulativos. Un par de años después y ya envalentonados, decidimos hacer un fanzine que, además, nos daría chance de publicar a toda la gente interesante que estábamos conociendo y que estaba trabajando en proyectos paralelos. Rodrigo Cruz nos ayudó a hacer las portadas en serigrafía, por que creíamos que un fanzine tmb tenía que ser un objeto de deseo (por lo menos en mi cabeza, las sesiones de serigrafía para la portada se han hecho legendarias). Sin saber mucho de nada, y con la ayuda de Joselo Rangel, nació SUB, que tomaba el "sub" como halago y lo extendía hasta las conexiones subterráneas y alternativas de los géneros que estábamos explorando (que era lo que nos interesaba). Ricardo Mejía Malacara se uniría al equipo poco después y en SUB aparecieron toda una generación tanto de escritores como de ilustradores que marcaron, por lo menos durante un rato, cómo se entendía, tanto gráfica como literariamente) el asunto especulativo en este extraño país.
SUB 1, 1997. Portada: Bernardo Fernández BEF
SUB 2, 1997. Portada: BEF/Refugio Arriaga
SUB 3, 1999. Portada: Rodrigo Cruz
SUB 4, 2000.Portada: Bernardo Fernández BEF
SUB 5, 2002. Portada: Malena Barrón
NÚMERO X: Cultura de medios.
Tambaleándose entre fanzine y libro de arte (low budget of course), Número X era un experimento número tras número, que intentaba explorar la cultura mediática durante el cambio de milenio. La revista la editábamos Deyanira Torres y yo, y el diseño corría a cargo de Mónica y Nacho Peón (aunque Miguel Murillo y Claudia Reynoso nos echaron la mano más de una vez), que estrenaban tipografías originales cada número. El acuerdo era q el diseño tenía que ser tan importante como el contenido escrito, y que el chiste era encontrar un punto intermedio en el que ambos formaran un discurso particular en cada número. Navegando entre el high y el low brow, entre la crónica, el ensayo y los espacios experimentales, salpicado de cómics y formatos híbridos, cada edición era un asunto particular.
Número Dos, 1996. Portada: Miguel Murillo
Número Cuatro, 1998. Portada: Nacho Peón
Número Seis, 2000. Portada: Claudia Reinoso
Número Tres, 1997. Portada: Mónica Peón
Número Cinco, 1999. Portada: Nacho Peón
Número Siete, 2001. Portada: Nacho Peón